4 de mayo de 2012

El Tribunal Superior marca el ritmo de la justicia para 2012


Referentes del área analizan los alcances de los ejes presentados


Con una fuerte bajada de línea para los tribunales inferiores, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó inaugurado el año judicial
Hasta el momento nunca antes hubo una agenda tan delimitada de temas sobre los que transitará la Justicia de cara al año que judicial que comienza. En este marco, el discurso de apertura del año jurídico nacional que dio el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, se apoyó sobre diferentes puntos de gestión que ya abren debate en el estamento judicial.
“No puede ser que la Justicia se mire a sí misma, primero hay que mirar a la sociedad y brindar un servicio”, es necesario “acercar la Justicia a la gente, hacer hablar a la Constitución con la voz del pueblo de la Nación”; esta frase sintetiza una firme idea que viene persiguiendo la Corte Suprema y que ubica el norte en lograr un sistema de Justicia más cercano a la sociedad y que logre poner en primer plano los problemas que aquejan a las personas. De la mano de esto, no se puede quitar la mirada de cuestiones que necesitan de una urgente resolución y fortalecimiento: acceso a justicia, imparcialidad del sistema judicial, jueces independientes, celeridad en la resolución de los casos, límites al poder, entre otros aspectos de relevancia sobre los que se apoya la agenda planteada para 2012.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA. “La Corte Suprema realizó avances importantes en materia de participación ciudadana. Por ejemplo, la celebración de audiencias públicas para tratar casos de gran transcendencia ha permitido que la ciudadanía vea a la Corte en acción y se familiarice con su trabajo. Esta práctica, sin embargo, debería extenderse y aplicarse a los casos más sensibles, ya que no se la utiliza con frecuencia y muchos casos importantes son resueltos sin discusión pública previa”; así Álvaro Herrero, director ejecutivo de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), apoya uno de los principios sobre los que Lorenzetti basó toda su exposición: trabajar por un modelo de Justicia más cercano a los intereses de los ciudadanos.
En este plano, el especialista advierte que la Corte debería reactivar el uso de la figura de los amicus curiae, ya que permiten una discusión más amplia en la sociedad de los temas que llegan al Tribunal. Lo cierto es que “si bien reguló su utilización mediante acordada 28/2004, en los últimos cinco años sólo anunció un caso en su página web para realizar dichas presentaciones”.
Otra forma de alentar la participación ciudadana, coinciden los especialistas, radica en el diseño y la profundización de políticas de transparencia y acceso a información pública. “La Corte ha avanzado con políticas de gobierno abierto, pero resta mucho por hacer. La carencia de una ley de acceso a información pública a nivel nacional no es óbice para que, por ejemplo, el Tribunal impulsara su propia regulación en la materia”, advierte Herrero.
ACCESO A JUSTICIA. “Una de las alternativas a la protesta social es reprimirlas, es tratar de que no se expresen, pero éste no es el camino más acertado”, sostuvo Lorenzetti e instó a que el sistema judicial priorice las audiencias públicas, como “la mejor manera de resolver los conflictos y escuchar a las distintas voces”.
Consultada por BAE, Sandra Elena, directora del Centro de Implementación de Políticas Públicas para le Equidad y el Crecimiento (Cippec) señala que “en la Argentina, la justicia formal tiene altas barreras de acceso, baja calidad en la prestación de sus servicios y problemas relacionados con falta de transparencia e independencia. Así, las necesidades jurídicas insatisfechas de la población se multiplican al mismo tiempo que aumenta el descrédito público de la Justicia”. Al respecto, Elena explica que uno de los mayores problemas que afecta el acceso de la población a los sistemas de justicia, radica en que “las autoridades políticas y judiciales no han generado políticas públicas de reforma integral de la Justicia ni promovido un cambio cultural que promocione la negociación como forma de resolución de los conflictos; tampoco se organizó un servicio de asistencia jurídica gratuito y masivo, que permita sortear el primer obstáculo de acceso a justicia de los grupos más vulnerables: la representación legal”. En este macro, la especialista señala que “las barreras de acceso cristalizan y magnifican las desigualdades sociales en perjuicio de aquellos que no tienen otra vía para hacer valer sus derechos”.
Así, desde Cippec proponen la creación de Centros de Acceso a Derechos (CAD) a nivel nacional, provincial y municipal que evalúen las necesidades jurídicas insatisfechas de la población y los recursos jurídicos existentes y brinden respuesta a las carencias detectadas a través de casas de justicia, abogados probono, defensores públicos, entre otras modalidades.
Por otro lado, Marcelo De Jesús, miembro del Comité Ejecutivo del Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia (FORES) aboga por la aplicación de un management judicial que simplifique los procesos y cambie los hábitos de trabajo del Poder Judicial. “El management judicial apunta a reducir los pasos de trabajo y, en definitiva, acercar al juez a la gente, trabajar más rápido y hacer el servicio más transparente".
LIBERTAD. “Fue un hecho muy positivo que el presidente de la CSJN haya resaltado la importancia de las normas penales y su aplicación a los casos complejos. De hecho la propia ley procesal penal de la Nación habilita a los tribunales a dictar normas prácticas que sean necesarias sin alterar su alcance y espíritu”, dijo a BAE la jueza de Cámara Tribunal Oral en lo Penal Económico, Karina Perilli. Dentro de ese marco, Lorenzetti hizo hincapié en la importancia de que se continúe trabajando en la defensa de las normas del debido proceso y las garantías del derecho penal.
En ese sentido, Perilli señaló que ya varios tribunales colegiados del país que tienen bajo juzgamiento “megacausas” lo han venido haciendo y como corolario, los integrantes de la Cámara Federal de Casación Penal dictaron en sesión plenaria las “reglas prácticas” para aplicar en procesos complejos con el fin de posibilitar una mayor dinámica y operatividad a las normas procesales vigentes.
Dicho de otro modo, se trata de adaptar, dentro del marco legal permitido, los procedimientos que la ley impone, para agilizar los juicios complejos o “megacausas”, evitar dilaciones innecesarias y, puntualiza Perilli, “por sobre todo en aquellos casos donde lo emocional se encuentra tan involucrado, evitar la revictimización de los damnificados que necesitan imperiosamente una respuesta rápida y eficaz de la Justicia”.
LÍMITES AL PODER E IMPARCIALIDAD. “Debe haber un equilibrio de poderes y los jueces y juezas tienen esa función, limitar y proteger los derechos de los individuos, pero limitando, porque los fuertes no necesitan ninguna protección y el derecho está para los débiles”, indicó el presidente de la Corte y a su vez remarcó que “se debe encontrar la medida justa de los límites de los abusos de toda clase de poder”.
En este plano, Luis María Cabral, presidente de la Asociación de Magistrados analizó el panorama actual y no dudo en afirmar que “la inmensa mayoría de los jueces argentinos cumple con los estándares de independencia, idoneidad e imparcialidad que se les exige. Considero relevante, como lo mencionó el titular de la Corte, profundizar una forma trabajar que nos muestre más cercanos a los ciudadanos”.
Sobre el fantasma de las presiones que ronda y mancha desde cerca la credibilidad del sistema de Justicia, Cabral ratificó la independencia de los magistrados pero señaló de suma importancia que se incorporen los reclamos de la sociedad de manera y se les de una respuesta veloz y comprensible.
Por otro lado, con relación a los abusos en que pudieran incurrir los jueces, el fiscal Javier De Luca consideró que la clave está “en la rápida revisión de los casos en que se alegue que ello ha ocurrido. Tanto por apelación como por quejas por retardo de justicia, una medida cautelar debería estar resuelta y revisada en 15 días. Y así con un sinfín de procesos sumarísimos que, en la realidad, se eternizan y terminan conformando un recurso de los interesados para dilatar la aplicación de medidas de estado, cualesquiera que fueran éstas”.
TRAGEDIAS COLECTIVAS. Éste fue tal vez el más controvertido de los conceptos vertidos en el discurso inaugural, dado que el magistrado llamó a trabajar en “una maduración política e institucional para hablar de políticas de Estado que resuelvan grandes temas que generan permanentes litigios en el Poder Judicial”. En este contexto, se refirió a las tragedias colectivas como un plano que excede al sistema y que luego de transforman en “tragedias judiciales”.
Consultado al respecto, Jorge Rizzo, presidente de la organización de abogados Gente de Derecho y ex presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, señaló que “ha llegado la hora de que los jueces [mediante una ley que así se los exija] comiencen a aplicar sanciones punitivas, como ocurre en los Estados Unidos, en el caso de negligencias de empresas privadas o del Estado nacional. Me da la sensación de que con dicha creación se empezaría a prestar más atención en el mejoramiento de todo servicio para los usuarios y no tanto en las tarifas y/o precios en detrimento de ellos como ocurre desde hace muchos años”.
Imparcialidad, celeridad, fortalecimiento de las políticas de Estado y una Justicia de cara a los ciudadanos, son las bases sobre las que la Corte busca avanzar en este 2012, motivando bajo su impulso a los tribunales inferiores, con el firme objetivo de trazar “una agenda de cambio releyendo la Constitución”.

LA PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE, EN PRIMERA PLANA
Uno de las megacausas emblemáticas de la Corte a partir de 2011 fue sin dudas el “caso Riachuelo” que, según lo señaló el ministro de la Corte, le valió al país el reconocimiento de las Naciones Unidas por los avances logrados en materia de derecho ambiental. En este plano, donde la Corte refuerza dentro de la agenda 2012 su compromiso en el terreno medioambiental, Claudio Lutzky, director ejecutivo del Programa de Derecho del Cambio Climático de la UBA, indica que existe una explosión de litigios en materia ambiental en los últimos años por lo cual “sería de gran utilidad que la Corte instara procedimientos de discusión y negociación directa entre las partes enfrentadas en materia de conflictos ambientales. Dado que los individuos son los mejores jueces de sus propios intereses, cuanto mayor sea el margen de decisión de los conflictos por parte de los propios interesados, más sólidos y sostenibles serán los resultados”.
Por su parte, María Eugenia Di Paola, directora ejecutiva de la Fundación Ambientes y Recursos Naturales (FARN), sostiene que “resulta clave el activo rol demostrado por la Corte Suprema de Justicia como control de importancia en la causa Riachuelo, un punto de inflexión en materia de justicia ambiental. Asimismo ha sido muy importante su actividad cautelar en la causa por desmontes en Salta y actualmente de involucramiento en materia de Litio y comunidades en la Puna”. En tal sentido, desde FARN indican que sería un gran avance que “este rol se traslade también a otras causas, como la lucha por la implementación de la Ley de Glaciares. Asimismo, que la prioridad y transversalizacion de la cuestión ambiental en los ámbitos administradores se constituya como política de Estado y ocupe el lugar que merece en agenda publica”.

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