El Club Atlético Lanús se hace cargo de eso que a esta
altura parece obvio pero que no muchos se animan a hacer: unir el deporte y la
política. En el año en que vuelve a jugar la Libertadores, el Grana llevará en
una de sus magnas la insignia de las Islas, a 30 años de aquella guerra. Su
técnico, Gabriel Schurrer, se enorgullece de la iniciativa: “Es una discusión
nacional y nosotros como club no podemos escaparnos de esto”.
Cuando Malvinas se volvió un campo de guerras y de
tristezas, Gabriel Schurrer era un nene de diez años que pateaba las calles de
su Rafaela natal y que llevaba una pelota por debajo de la axila. Era 1982 y en
su cabeza sólo se movían un mar de sueños de volverse futbolista. Pero nada de
eso hizo que la vista se le fuera y que no se enterara del desembarco de las
tropas argentinas en las Islas.
Ahora, a los 40, siendo el entrenador de Lanús, Schurrer
todavía no se olvida de esa guerra. No pierde de viste que se cumplen 30 años
ni que hace falta un compromiso general para reclamarlas. Por eso, cuando desde
el club deciden formar parte de una campaña que pide que las Malvinas vuelvan a
ser argentinas, infla el pecho y se siente lleno de orgullo.
- ¿Qué genera dirigir a un equipo que tiene en la manga de
su camiseta un dibujo de las islas?
- Para mí, es un enorme orgullo. Se lo vengo diciendo a
todos los que me voy cruzando. Somos el primer club que toma esta decisión.
Lanús se pone del lado de un reclamo que es muy importante y que para los
argentinos representa mucho. Yo no tengo dudas: las Malvinas son argentinas.
- ¿De qué manera funciona esto de meter al equipo entero en
una discusión política?
- Para mí está bien que nos sumemos a esto. Es justo este
reclamo. Por eso me parece muy bien que apoyemos este proceso político en el
que se pide que demos un paso adelante. Es una discusión nacional y nosotros
como club no podemos escaparnos de esto.
- Llevar este mensaje va a permitir que muchos chicos se
enteren de lo que fue Malvinas. Quizás, incluso, sus jugadores.
- A mí me parece algo muy interesante es. Los jóvenes de hoy
andan mucho con los teléfonos que tienen internet y siempre están conectados.
Está bueno y me parece una cuestión obligatoria que aprovechen ese tiempo para
usar la computadora y averiguar qué fue lo que pasó en esta guerra y por qué
tiene sentido este reclamo.
No se despega ni un solo segundo de esa identidad profunda
que siente por el club. Si la camiseta va hacia un lado, Schurrer no se le
escapa a esos colores. Y no se marea pensando tan sólo en la pelota, su vida
tiene que ver con la institución en general. Pero, cuando el fútbol aparece,
puede dar conceptos precisos.
-¿Cómo se explica que este plantel pasó de perder en la Copa
Argentina contra un rival menor a estar puntero en el campeonato?
-No creo que haya grandes secretos. Nosotros nos preparamos
siempre igual. Lo que puede cambiar es el estado de ánimo. El resto, todo lo
que tiene que ver con la cuestión futbolística, es algo que nosotros intentamos
en todos los partidos de la misma forma. No es que cambia la preparación. Somos
constantes y a veces sale bien y a veces no. Es simplemente eso.
-Ahora que está tan en discusión qué es jugar bien y qué es
jugar mal, ¿cómo definiría el estilo de su equipo?
-Nosotros jugamos siempre a intentar. Eso es lo importante.
A veces funciona jugar bien y a veces no nos sale. Pero creo que somos un
equipo que busca tener protagonismo. En eso, apostamos mucho a la presión. En
todos los partidos tomamos la iniciativa de presionar mucho a los defensores
rivales. A los laterales. Así les quitamos juego y podemos avanzar nosotros.
-¿Qué otro equipo del fútbol argentino le gusta?
-Es difícil jugar bien. Creo que Vélez es un equipo que
siempre es interesantes. A mí me gusta mucho. Me parece, después, que hay que
mirar a Tigre porque logró mostrar cosas que valen la pena. Una idea bastante
ambiciosa. Cerca aparece Racing, que me parece que tiene que despegar. Y
después, bueno, está Boca, que es realmente difícil.
-De alguna forma es como si este torneo se pareciera
bastante al anterior.
-Es que va a ser así. No se pueden esperar cambios rotundos.
Los que juegan bien, seguirán haciéndolo. Y los que lo hacen mal, probablemente
también. Todo seguirá siendo bastante parecido.
-De los que nombró, hay varios que jugarán la Copa
Libertadores. ¿Eso va a afectar el rendimiento?
-Puede que eso sea lo que varíe un poco el nivel general.
Vélez, Boca y nosotros vamos a tener que jugar dos competiciones y eso obliga a
que algunos partidos no podamos poner todo lo mejor que tenemos. Pero lo
importante es la idea y nosotros no vamos a cambiarla.

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