El 21 de mayo último tuvo lugar en el Salón Auditorium de la
Facultad las jornadas sobre cuestión criminal y marxismo, organizadas por el
Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales-PLED, la
Cátedra del Alejandro Alagia- Facultad de Derecho (UBA) y el Movimiento de
Profesionales para los Pueblos.
La actividad tuvo como principal propósito debatir los
aportes del marxismo, desde Marx y Engels hasta Terry Eagleton, Marshall Berman
o García Linera, a fin de analizar sus aportes al estudio y el abordaje de la
cuestión criminal. Se destaca que la cuestión criminal es una problemática
social de gran relevancia en la que el método de análisis marxista permanece
escasamente explorado. El objetivo que se ha perseguido es abrir el debate
sobre las potencialidades de este abordaje, en una perspectiva de cambio y
transformación social.
Primeramente, Roberto Bergalli, Profesor de Criminología de
la Universidad de Barcelona y de la Universidad de Buenos Aires, manifestó que
el derecho que se suele estudiar forma parte de una cultura jurídica anclada en
las antípodas de las corrientes de pensamiento apegadas a las contribuciones de
Karl Marx. De hecho, el pensamiento marxista formula una fuerte crítica a los
sistemas jurídicos liberales y burgueses que ayer y hoy han venido siendo
predominantes en los distintos rincones del mundo.
“La opinión prevaleciente es que el desviado se aparta o
aleja de los valores dominantes o valores medios que en general resultan
compartidos por los demás semejantes en el mismo ámbito sociocultural”, en
tanto que “el control social es siempre un medio o mecanismo de transmisión o
imposición de valores y modelos de comportamiento tendientes a la cohesión como
expresión de una actitud organizadora de los grupos pero siempre ejercido desde
posiciones de poder”, explicó Bergalli. Frente a ello, la audacia del
pensamiento marxista ha consistido en difundir la hipótesis de la eliminación
del derecho penal por medio de la conversión progresiva del control y la
represión penal en elementos superfluos.
Lo siguió Juan Pegoraro, Profesor de Sociología del Castigo
de la Universidad de Buenos Aires, quien dijo estar sorprendido por el hecho de
que la sociología no haya considerado como elemento constitutivo del orden
social al derecho y particularmente al delito económico. Estos delitos
económicos tejen lazos que resultan determinantes en el ordenamiento, siendo
estos impunes e inmunes social y penalmente. Se detuvo en lo que denominó el
crimen económico organizado, esto es, la organización empresaria delictiva
dedicada a negocios ilegales de una cierta complejidad política y jurídica, que
tiene por resultado cuantiosas recompensas económicas. Estos últimos
frecuentemente gozan de una impunidad que les permite proseguir en la
consecución de fines contrarios al derecho. Los participantes -léase
empresarios, financistas, expertos en inversiones, traders, banqueros, asesores
jurídicos, profesionales diversos, funcionarios estatales, entre tantos otros-
no necesariamente operan a través de la violencia explicita. “En este lazo
social delictivo se reproducen múltiples relaciones económicas, muchas de ellas
ilegales, […] formando parte también del orden social”, distinguió Pegoraro.
Para el expositor las contribuciones de pensadores de la
talla de Hegel, Marx, Nietzsche y Foucault nos han iluminado de tal forma que
nos han facilitado una mejor lectura del orden social en que vivimos, poniendo
sobre el tapete la importancia del delito y del sistema penal en la
reproducción del orden social actual. “El delito no existe sin la ley y por lo
tanto sin la política penal”, declaró. En definitiva, el orden social
capitalista no puede existir sin la ley. Parafraseando a Michel Foucault afirmó
que si la ley estuviera presente en el fondo de uno mismo ya no sería la ley
sino la suave interioridad de la conciencia.
Finalmente, Mariano Ciafardini, profesor de esta Casa, se
propuso delinear algunas de los principales aportes que ofrece la perspectiva
marxista para el análisis de las cuestiones criminales. “El marxismo no es sólo
teoría económica, no es sólo teoría política. El marxismo es una filosofía, una
concepción del mundo, de la vida, y fundamentalmente una concepción
antropológica, una concepción del hombre”, definió.
El marxismo sostiene que la etapa violenta del hombre, la
del hombre que explota al hombre o que ejerce una violencia intragenérica, es
una etapa histórica, que ni siquiera es la más extensa. El hombre se hominizó
en una sociedad no violenta, en donde no había violencia entre los hombres. El
orador explicó que “esta etapa histórica en la que sí hay (violencia) será muy
larga en términos relativos pero no lo es comparado con todo el proceso de la
humanidad y, por lo tanto, es posible e inevitable que de alguna manera el ser
humano salga de esta etapa de la violencia y vuelva a recuperar el sentido
comunista primitivo, colectivo y cooperativo, pudiendo así construirse una
nueva sociedad”. Por todo ello, el hombre para el marxismo no es violento por
naturaleza.
Además de que la ley crea el concepto de delito y de que el
sistema penal persigue selectivamente, respondiendo a los intereses del
establishment y de las clases dominantes, no pude no tenerse presente que el
conflicto realmente existe. “Que haya construcción social y que además la
prensa utilice estos conceptos con finalidades propias de las estrategias de la
derecha -de ley y orden-, no quiere decir que el conflicto abajo no exista”,
reflexionó. Independientemente del modo en el que el derecho pueda pronunciarse
al respecto, hoy es insoslayable que por medio de la violencia una persona le
quita a otra lo que tiene. Pero esto último no sucede necesariamente desde las
clases más bajas sobre las más acomodadas, sino que en sentido inverso, se
instituye como una práctica ejercida por las clases dominantes sobre aquellas
que se encuentran más postergadas.

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